La llegada de un nuevo hermanito/a: Celos infantiles (Parte II) La llegada de un nuevo hermanito/a: Celos infantiles (Parte II)

En el artículo anterior vimos cómo los celos son reacciones naturales ante la llegada de un nuevo hermanito/a. El niño se siente “destronado” por este “intruso” que entra en su casa y ve cómo peligran los privilegios que hasta entonces recibía de sus padres, de forma exclusiva.

Los celos no se pueden evitar, pero los padres pueden ayudar a su hijo a tramitarlos y atenuarlos, para que no se cronifiquen y generen problemas más importantes.

¿Qué podemos hacer?

Depende mucho de la actuación de los padres, que la situación de celos que están viviendo en casa sea una etapa temporal y no genere una rivalidad duradera.

Las siguientes orientaciones pueden ayudar a los padres a afrontar esta situación:

Durante el embarazo:

  1. Hablar con nuestro hijo de lo que sucederá cuando nazca el hermanito, de los cambios que se van a producir, de los cuidados que va a requerir, de porqué vamos a necesitar pasar más tiempo con él… Dar información previamente ayuda al niño a prepararse y adaptarse a los cambios con mayor facilidad.
  2. Darle participación para que el niño no se sienta de lado. Para ello pueden pedirle su opinión a la hora de buscar un nombre, hacer que colabore en la preparación de la habitación, etc. Que se sienta protagonista de la situación, ayuda a la aceptación del nuevo nacimiento.
  3. Fomentar la relación y comunicación entre los hermanos ya desde el quinto o sexto mes de embarazo, cuando la panza está más grande: que pueda tocar la pancita de mamá, sentir las primeras patadas, hablarle, cantarle, contarle un cuento antes de dormir, etc.

Luego de nacer su hermanita/o se recomienda:

  1. Cambiar en lo mínimo sus hábitos desde el primer día, procurando respetar las rutinas que tenían. Buscar que el momento que tenías solo con él no se altere; por ejemplo, no te olvides del cuento a la hora de dormir, seguir llevándolo adonde siempre se lo llevaba, etc.
  2. Dedicarle tiempo a solas: es importante que todos los días busquemos un tiempo (aunque sea corto) para hacer con él lo que prefiera sin que esté el bebé con nosotros.
  3. Hacerlo partícipe del cuidado del hermanito. Esto no significa en absoluto que se encargue del hermano al estar los padres ausentes, sino que colabore en preparar la mamadera, acercándonos el pañal al cambiarlo, preguntándole qué piensa que le pasa al bebé cuando llora, etc.
  4. Reforzarlo cuando mantenga una actitud positiva hacia el pequeño; ello potenciará que este comportamiento se repita.
  5. Ignorar en lo posible sus reacciones negativas, gritos, llantos, rabietas; no centrarnos en ellas y reforzar todo acercamiento y comportamiento positivo. (Ver “Berrinches”)
  6. Comprender sus emociones. Ante la llegada de un hermano, surgen los celos. Y es positivo que exprese este sentimiento. Pero el niño aun no sabe identificar sus emociones ni cómo expresarlas adecuadamente; los padres podemos ayudarlo escuchándolo activamente, poniendo nombres a sus emociones: “Te molesta que tu hermana use tus juguetes sin permiso” (Ver Escucha Activa). De este modo, él sabrá que comprendemos lo que le sucede y podemos empezar a pensar, junto con él, en las posibles soluciones.

El niño está adquiriendo un nuevo papel en su vida: el de hermano mayor. Podemos hacer diferentes cosas para que se sienta orgulloso y responsable de este nuevo "puesto": como permitirle acostarse unos minutos más tarde, acompañar a su padre/madre a realizar trámites… De esta forma entenderá los beneficios y privilegios de ser el hermano mayor y las desventajas de ser bebé; asimismo sentirá que las posibles pérdidas que haya tenido, se vean recompensadas.

¿Qué no hacer?

  • No etiquetarlo como “celoso”: A partir de la llegada del bebé, cualquier actitud “molesta” del niño la juzgamos con la muletilla: "lo que le pasa es que está celoso". Si el niño llora pensamos: "está celoso". Si está cansando y tiene un berrinche: "está celoso". Hay que mirar más allá. Hay algo que el niño necesita y debemos averiguar: puede necesitar más presencia de un adulto, estar cansado o que esté pasando demasiado tiempo sin actividades lúdicas.
  • Cuidado con las exigencias hacia el mayor tras el nacimiento del bebé. Hacer crecer a los niños de golpe: empezar a comer solo, beber en vaso, dormir en su cama... Ello se hace gradualmente y anticipándose a la llegada del hermanito.
  • Evitar pedir que sean comprensivos y tolerantes, siempre, con su hermano/a menor: Los niños pequeños suelen tocar todo lo de los mayores. Los padres suelen interceder para que el mayor, que entiende, lo entregue: “déjaselo que es chiquito”. A uno se le olvida que ese niño sigue siendo niño por más que sea el mayor.
  • Evitar las comparaciones: “Carmelita es tan aplicada en la escuela, en cambio Luis….”; “Deberías ser como Felipe; él no deja todo tirado”. Comparar a los hijos/as favorece la competencia y rivalidad entre ellos (además de tener malos efectos en su autoestima).
  • No compensar con cosas materiales: Hay que tener en cuenta que los celos tienen que ver con las emociones, no con los objetos o privilegios. Si un niño piensa que favorecemos a su hermana porque le dimos el mejor regalo en su cumpleaños, el que le regalemos a él algo mejor no cambia en nada su creencia. Es su sentimiento lo que tenemos que atender (escucha activa).

 

Cada niño debe sentir que es especial para sus padres. Cada uno es diferente, con características y potencialidades propias. Y así debemos aceptarlos. Los celos irán desapareciendo con el tiempo si cada hijo sigue viendo que tiene un lugar único en el afecto de sus padres. De esta forma, se sentirán seguros y atendidos en la posición que ocupan y no necesitarán buscar un lugar a costa de sus hermanos ni ser mejor que ellos. Verán que los hermanos, lejos de ser una amenaza, llegan a ser compañeros, amigos, en quien apoyarse y con quién compartir. La clave está en fomentar en cada niño una alta autoestima y auto-confianza, que le den seguridad interna, con la cual nunca se sentirá inferior a sus hermanos (ni a nadie).


Ps. Melina Villalonga
Matrícula 4027
Terapeuta Familiar
Educadora Sexual

Julio de 2010