La llegada de un nuevo hermanito/a: Celos infantiles (Parte I) La llegada de un nuevo hermanito/a: Celos infantiles (Parte I)

Imagínate sí un día tu marido o tu esposa te dice que vendrá otra persona a vivir con ustedes. Que a partir de ahora no serán dos y sí tres. Y que además te consuela diciendo que será más divertido que tengas otra persona con quien compartir y disfrutar de la compañía. ¿Qué harías? Creo que nadie dudaría de la reacción que tendría, ¿verdad? Pues eso es lo que dicen los padres a sus hijos cuando este está a punto de tener un hermanito. Que el pequeño jugará con él, que se llevarán de maravilla... El pobre vive extraordinariamente con sus papás, con las atenciones centradas en él, todo el cariño, todo el cuidado, toda la dedicación, y de repente, ¡ZAS! Todo empieza a cambiar...

 

 

Los celos son una reacción natural

Los celos son celos iguales independientemente de la edad que se tenga (2, 11 o 30 años), uno siente lo mismo. Son emociones originadas en el miedo a perder a la figura amada, que en el caso de los niños suele ser la madre. Siempre se ha dicho que se tiene celos de lo que uno tiene y no quiere perder. Partiendo de esta definición, se puede entender que la situación más propicia que va a dar lugar a los celos es la presencia de un nuevo hermano, ya que los niños creen que van a perder el cariño de sus padres que antes tenían. El niño quiere todo el afecto para él y no quiere compartirlo con nadie.

Si bien hasta el hecho de anunciar el embarazo puede provocar una reacción de celos, generalmente las manifestaciones surgen cuando empiezan las transformaciones en la vida del niño. Comienza a ver que se le da menos atención y cuidados que antes, que su mamá ya no tiene tanto tiempo para jugar ni estar con él, las salidas y actividades se pueden ver limitadas... porque está más ocupada con el bebé o está cansada.

A su corta edad, el primogénito no es capaz de asimilar el cambio. Antes toda la atención era para él y ahora ha de ser compartida y, por tanto, la parte que le corresponde es menor. No llega a comprender que el cariño de la madre puede ser compartido. Para él, su hermano ha invadido su territorio y le ha robado mucho tiempo del que tenía con sus padres.

Los celos son expresados de distintas formas

Los niños expresan sus celos a través de cambios en su conducta. Ese cambio puede tomar distintas formas según un niño u otro. Las más frecuentes son:

  1. Imitar conductas del bebé: recuperar el chupete o el biberón, volver a hablar como un bebé, exigir que le den la comida en la boca, hacerse pis de nuevo, son algunos ejemplos.
  2. Pasar de ser un niño tranquilo para convertirse en desobediente y rebelde, oponiéndose a las órdenes de sus padres. Aumentan las rabietas y manifiesta comportamientos agresivos: mordiscos, empujones, peleas con otros niños/as.
  3. Mostrar desprecio hacia el bebé, molestándolo en cuanto tiene oportunidad, quitándole los juguetes u otros objetos, e incluso intentar dañarlo (morder y/o golpearlo).
  4. Otros niños, en cambio, se vuelven más sensibles, lloran con facilidad y se pegan a la falda de la madre. Se muestran desanimados y tristes, disminuye su rendimiento escolar, se niegan a comer, a jugar con sus amigos...

Todas estas reacciones son normales si suceden de forma temporal y no alteran significativamente el funcionamiento familiar. Y no hay mucho que hacer en estos casos. Ni alarmarse por lo que hacen, ni regañarles. Esta es su protesta y hay que comprenderla con paciencia y muchísimo cariño. Sólo se debe prestar atención a los celos cuando alteren la convivencia y sean persistentes.

 

Sigue en Parte II (Pautas para actuar)

Ps. Melina Villalonga
Matrícula 4027
Terapeuta Familiar
Educadora Sexual

Julio 2010